• En el paciente crítico la agitación y ansiedad ocurren con frecuencia. Existen múltiples causas: dolor, delirio, hipoxemia, hipotensión, hipoglicemia. Existen diversos niveles de sedación: ligera y profunda. Por lo general se debería de titular la medicación con objeto de obtener un nivel de sedación ligero. Algunas medidas para evitar este problema consisten en aumentar el confort, controlar el dolor, mantener patrones adecuados del sueño.
  • Existen diversas escalas para medir el nivel de conciencia: escalas subjetivas (RASS y SAS) y escalas objetivas (AEPs, BIS, NI, PSI, SE)
  • Uno de los medicamentos ampliamente utilizados es el propofol. Es un fármaco que se une a múltiples receptores del sistema nervioso central (GABA, glicina,…) e interrumpe la transmisión neural. Tiene un inicio rápido, así como en caso de suspenderlo desaparece rápidamente su efecto.
    Se trata de una emulsión lípidica y hay que tener precaución en caso de alergia a soja, huevo o cacahuete)  (aunque los datos conocidos no sostienen con firmeza la contraindicación de empleo de propofol en pacientes con alergia conocida a la soja, huevo o cacahuete; pero que en estos pacientes deberían ser valoradas alternativas al propofol y que éste debería ser empleado tan solo después de una evaluación cuidadosa del riesgo-beneficio).
    Al ser una emulsión lipídica hay que tenerlo en cuenta en el caso de que el paciente lleve nutrición parenteral total, ya que habrá que ajustar el aporte de lípidos en la nutrición parenteral en función de la cantidad de infusión que reciba el paciente. 
    Algunas reacciones adversas que pueden aparecer con propofol son depresión respiratorio e hipotensión (por la vasodilatación que produce). Un efecto adverso raro pero grave el síndrome de infusión de propofol con empeoramiento de acidosis metabólica, hipertrigliceridemia, hipotensión, insuficiencia hepática e insuficiencia renal
  • Otra alternativa de fármacos son los agonistas alfa-2. El que está aprobado en la indicación es dexmedetomidina. Proporciona una sedación menos profunda (puede abrir los ojos a la estimulación verbal, obedecer órdenes sencillas y cooperar en los cuidados de enfermería) y con menor riesgo de depresión respiratoria y de producir delirio. Los efectos adversos más comunes con este fármaco son hipotensión y bradicardia. Otro agonista alfa-2 que se utilizaba era clonidina.
  • El último grupo farmacológico utilizado son las benzodiazepinas. Existe mayor evidencia con lorazepam, midazolam y diazepam. Midazolam y diazepam tienen metabolitos activos. El uso prolongado de estos fármacos para la sedación está asociado con un tiempo mayor para recuperar la conciencia. Algunos efectos adversos con estos fármacos son problemas cardiovasculares, cardiopulmonares y el riesgo de desarrollar tolerancia.