Os ofrecemos un resumen traducido del australian prescriber sobre los riesgos asociados de la aprobación acelerada de algunos fármacos. El artículo original lo podéis consultar aquí. Consideramos que se debe tener especial precaución en el uso de nuevos fármacos, debido a la limitada evidencia que puede existir en algunos casos. 

 

La aprobación de nuevos fármacos es un proceso complicado y, a veces, controvertido. Incluso algunas agencias como la FDA a veces cometen errores. Estos están frecuentemente relacionados con los procedimientos “fast-track” que pretende aprovar rápidamente nuevos fármacos para patologías graves. Se considera que se cumple este requisito “si aborda una necesidad médica insatisfecha” o “en caso de proporcionar una terapia en caso de no existir ninguna o que sea mejor a las alternativas existentes”. Esto corre el riesgo de hacerlo de forma prematura con información limitada o basada en información de variables surrogadas. Además está asociado a una menor capacidad de detección de efectos adversos .

Canadá también tiene un procedimiento similar. Un análisis reciente mostró que este procedimiento “fast-track” está asociado con mayor posibilidad de alertas de seguridad. En el periodo 1998-2013 hubo un mayor % de fármacos con alertas de seguridad en el grupo fast-track (41%, n=27 ) que en la aprobación estándar (19%, n =265).

A pesar de esto, a finales del 2014 el gobierno Australiano promovió medidas para disminuir la burocracia, para disminuir la duplicidad regulatoria, disminuir costes y retrasos para las empresas y los consumidores, aumentar la oferta de productos en el mercado australiano y permitir a las autoridades centrarse en otras prioridades. Entre las iniciativas se propone facilitar el acceso a fármacos aprobados por la agencia europea del medicamento.

A pesar de que esta reforma parece loable, hay que tener en cuenta algunos aspectos: la populación tiene un origen étnico diferente, diferentes comorbilidades, que pueden afectar la farmacocinética y farmacodinamia. Australian prescribing criticó esta propuesta que no tuvo en cuenta diversos aspectos relevantes.

Los médicos deberían tener presente algunos ejemplos donde la información insuficiente en el momento de autorización fast track ha sido seguidos de reacciones adversas relevantes que han llevado a la suspensión de comercialización del fármaco.

En Australia uno de los ejemplos más claros fue rofecoxib que fue retirado por su perfil de efectos adversos cardiovasculares graves. La FDA aprobó dicho fármaco por procedimiento fast-track a pesar del riesgo incrementado que presentaba el fármaco. Al cabo de unos meses de la aprobación del fármaco, un ensayo clínico mostró que la tasa de infarto e ictus era dos veces superior.

Otro ejemplo fue con ponatinib, fármaco aprobado para la LMC que fue aprobado con procedimiento fast-track por la FDA. Ponatinib fue aprobado a partir de un estudio de fase 2, que incluía 449 pacientes, con un seguimiento medio de 10 meses. El estudio solo tenía un commparador histórico, y no era ciego. Se podría pensar que las variables obtenidas para justificar la aprobación serían muy robustas, no obstante, no se incluyeron análisis de supervivencia o de calidad de vida. Se aceptó la eficacia en base a una variable surrogada de la mejor respuesta citogenética. Posteriormente fue retirado de EEUU por un mayor riesgo de efectos adversos vasculares a los 3 años. En caso de haberse tenido más información en el momento de la evaluación dicho fármaco no habría sido aprobado. (En España ponatinib está pendiente de comercialización  y está marcado con el triángulo negro).

Dabigatrán está asociado a hemorragias graves y se tiene conocimiento que el fabricante retuvo información de como utilizar de forma más segura el medicamento. La FDA ignoró los consejos de los integrantes del comité evaluador del medicamento. Se aprobó el medicamento con dosis que fueron demasiado elevadas para pacientes australianos. La agencia australiana aprobó el fármaco con dosis inferiores en pacientes con riesgo de sangrado.

Otros medicamentos han sido ejemplo de aprobación fast-track por la FDA. Existen más ejemplos de problemas no detecados en la comercialización inicial debido a una muestra demasiado pequeña o al uso a corto plazo: sofosbuvir puede causar bradicardia severa en caso de asociarse a amiodarona, dimetilfumarato presenta riesgo de leucoencefalopata multifocal progresiva, troglitzacona puede causar insuficiencia hepática aguda y necesidad de trasplante e incluso muertes.

Incluso en algún momento se ha llegado a aprobar mediante procedimiento fast-track fármacos para patologías no severas como alosetron para el síndrome del intestino irritable, y causó muerte y efectos adversos graves que requierieron cirugía. (alosetrón no se encuentra aprobado en nuestro medio).

Se concluye que tanto los problemas de falta de información de seguridad debidas a estudios con poblaciones pequeñas o a corto plazo, o el uso de variables surrogadas (en lugar de variables robustas) es a menudo insuficiente para una evaluación segura. Una evaluación más lenta y amplia, con consideración de los efectos adversos podria limitar la aprobación de fármacos potencialmente de riesgo, y podrían evitarse muertes. La FDA es una organización respetada, no obstante no evita que a veces cometa errores. Lo mismo pasa a nivel australiano, donde se ha mostrado interés en una aprobación acelerada que puede tener riesgos asociados.

Bibliografía:

  • The hazards of rapid approval of new drugs. Autralian Prescriber VOLUME 39 : NUMBER 1 : FEBRUARY 2016